¿Qué es el acoso escolar?

Uno de los grandes quebraderos de cabezas en los colegios y miedos por parte de los padres es el acoso escolar. Desde hace unos años está cogiendo la relevancia mediática que merecía y la importancia institucional que hacía falta.

El acoso escolar está presente en los colegios y en las aulas y quien no quiera verlo es porque no quiere o está ciego ante una realidad que puede condicionar el presente y futuro de vuestros hijos.

Muchas veces este tipo de conductas se dan en el recreo. El recreo siempre lo he definido como la jungla, donde el caos reina y los más fuertes pueden campar a sus anchas a sabiendas de que ante tantos niños es muy difícil que haya un control exhaustivo y en un momento determinado pueden hacer lo que quieran sin que ningún profesor vea nada.

Pero, ¿Qué es el acoso escolar? Son conductas de uno o varias personas contra otra, intencionadas, injustificadas y que se repiten en el tiempo, que intimidan y maltratan física y psicológicamente. Es importante recalcar que tiene que haber una intencionalidad, es decir, el agresor tiene como objetivo hacer daño, de una manera u otra. Si jugando al fútbol un niño le da una patada a otro porque se le escapa con la pelota, esa conducta no se podría incluir dentro del acoso, sería simplemente falta.

Para que sea acoso se tiene que repetir en el tiempo. Una pelea entre iguales, que sea ocasional pues no han sabido solucionar un conflicto no es acoso, es más, es de lo más normal del mundo. Gracias a las interacciones con sus iguales los niños aprenden a autocontrolarse, y es inevitable que hasta cierta edad solucionen un enfado mediante la violencia verbal o física.

Por último, para que se considere acoso tiene que haber un desequilibrio de poder. La víctima tiene que estar en una situación en la que no se pueda defender, en la que haya una desigualdad física, psicológica o social.

El acoso puede darse de varias formas, siendo las principales la agresión física, la verbal, la exclusión social, sexual y el ciberacoso.

La agresión física es la más llamativa porque es la que más resalta visualmente, la más fácil de detectar y la más usual en los chicos.

La verbal serían los insultos, el desprecio verbal, los motes…Si alguien se ha sorprendido en que incluya los motes dentro de la agresión verbal no debería, los motes es algo que parece que está socialmente aceptado pero que pueden llegar a hacer mucho daño a la persona que es llamado así, y que le pueden seguir y atormentar incluso en la etapa adulta. Muchas veces creemos  es inofensivo, que es una forma graciosa de llamar a una persona, pero dentro hay rabia y ganas de reírse a costa del otro y que conlleva problemas emocionales a la persona que recibe el mote.

Las amenazas verbales, que serían las intimidaciones, chantajes…

La exclusión social, que es rechazar la participación de una persona en una actividad, difamar sobre una persona, extender rumores…

El acoso sexual que son los tocamientos, difusión de cotilleos de contenido sexual, comentarios de naturaleza sexual…

El ciberacoso se podría considerar como un acoso distinto al escolar, pero que desde luego van de la mano. El ciberacoso a diferencia del escolar, no tiene tregua, el niño o niña salen de colegio y el acoso continúa, dura más en el tiempo, pues los comentarios, fotos, videos continúan colgados en la red. 

Como ciberacoso habría que incluir mensajes, fotos o videos dañinos, apropiarse de la cuenta de otro, publicar fotos de una persona en redes sociales y exponerlas al escrutinio público, insultar y difamar en redes.

¿Qué podéis hacer los padres?

Hay que cambiar ese pensamiento de que son cosas de niños, porque no son cosas de niños, son acciones que pueden literalmente arruinar la vida a una persona y llevarla hasta el punto de la desesperación y terminar quitándose la vida, claro que no son cosas de niños.

Que ocurriese antes no significa que estuviese bien y no tuviese consecuencias nefastas. Antes, la esclavitud estaba bien vista y no por eso hay que permitirla a día de hoy y desde luego no estaba bien. Gracias a todos los estudios que hay sobre el acoso tenemos la información de que, a pesar de que ha existido siempre el acoso, ahora ya no son “cosas de niños”, ahora sabemos que es un problema que tiene nombre y apellidos y unas consecuencias perfectamente detalladas. Los padres sois responsables de eso y de cómo habláis delante de los niños cuando sucede algo así en el colegio.

Gracias a toda la literatura que hay al respecto sabemos que “esto hace a los niños más fuertes” es una gran mentira, lo que hace es justamente lo contrario, hundirlos en un vacío emocional y destrozar una de las etapas más bonita de la vida como puede ser el colegio.

Padres y madres, esto no “son bromas entre niños”, tiene nombre y es acoso verbal. Cuidar las cosas que decís delante de vuestros hijos porque si ellos escuchan algo parecido, ellos entenderán que no hay nada de malo en hacerlo a sus compañeros.

Aquellos padres y madres que escuchen de su hijo o hija que alguien le ha pegado o le está diciendo cosas, por favor no normalicéis la situación, no le digáis que es normal que a veces te den un tortazo en el colegio, dadle el cariño que necesita en ese momento y preocupaos en saber todo lo que ha pasado, que vuestro hijo o hija sienta que os puede contar todo lo que sucede en el colegio.

Tampoco perdáis la cabeza vosotros y os mostréis delante de vuestro hijo o hija agresivos y sin control por lo que ha pasado. Autocontrol y escucharle a ver que ha sucedido e intentar poner una solución.

No caigáis en despreciar al otro niño con “ese es el pesado, el que no tiene amigos” porque estáis siendo vosotros ejemplo y modelo para vuestro hijo e hija en todo momento.

Por último, enterrad el concepto de chivarse por favor, si un niño lo está pasando mal y recurre a la profesora eso no es chivarse, es defenderse de la mejor manera que sabe y puede. Si mantenemos ese concepto, los propios niños temerán ir al docente porque “chivarse es de las peores cosas que se pueden hacer”.

¿Qué es el acoso escolar?

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