La autoestima es la piedra angular del bienestar de una persona, si la tenemos reforzada, seremos capaces de afrontar los distintos retos que la vida nos va poniendo en el camino. En caso de no ser capaces de superar dicho reto, nuestra autoestima nos ayudará a no estancarnos emocionalmente ahí, a ayudarnos a ver que no todo lo podemos, pero que eso no significa que seamos menos que los demás, que somos virtuosos en algunos aspectos mientras que en otros tenemos que seguir mejorando o simplemente no somos válido para eso, porque hay que tener muy claro que no somos válido para todo.
La adolescencia es una etapa bonita y convulsa. El adolescente vive interior y externamente cambios que pueden afectar a su autoestima y que los padres tenéis que ayudarle a cuidar.
¿Cómo hacerlo?
La sociedad en la que vivimos, donde el tiempo parece ser uno de los bienes más preciados, nos obliga muchas veces por temas laborales a no poder disfrutar de las distintas comidas del día con los hijos. Intentad dentro de vuestras posibilidades pasar esas comidas con ellos, hablar, con el móvil lejos y que se convierta en un momento especial, y que ellos lo sientan así.
Las muestras de cariño tienen que estar presentes en la relación con ellos. Habrá adolescentes que sean más cariñosos, otros que menos, pero todos necesitan del cariño de papá y de mamá. Dar cariño no es dar besos como si no hubiera un mañana (que lo es) también es la forma en la que habláis con ellos, el tono que usáis, las palabras que elegís. Todos los adolescentes necesitan del amor incondicional de sus padres, dádselos de la forma que ellos se sientan cómodos, no como a vosotros os gustaría.
La comunicación es muy importante en la relación con ellos y en reforzar su autoestima. Hablad con vuestros hijos, interesaos por sus vidas. Habrá adolescentes que hablen más, otros que hablen menos, respetadlo, pero que haya comunicación, que ellos vean el interés por vuestra parte. Durante estos momentos de conversación, que en algunos casos o días serán breves, otros serán más prologados, es fundamental que el móvil esté totalmente omitido. Ellos tienen que percibir que realmente os interesa lo que le decís y siendo sinceros si habláis mientras estáis con el móvil la realidad es que no estáis tan interesados en lo que os están diciendo.
Vuestros hijos viven en una generación cultural distinta a la vuestra, y por tanto con gustos distintos. Acercaos a sus intereses, preguntadles y hacedles ver que os interesa su vida. Respetad sus gustos, aunque difieran de los vuestros, tened en cuenta que lo que hacen los chavales de hoy en día no tiene mucho que ver a lo que vosotros hacíais, pero eso no significa que sea mejor o peor, simplemente es distinto. Estamos en la era de los youtubers, muchos no entendéis cómo le pueden gustar a vuestros hijos e hijas, y más cómo se puede enriquecer de esa manera, pero para ellos son muy importantes, son sus nuevos referentes, respetadlos.
El respeto es fundamental, si no les respetamos estamos atacando a su autoestima directamente, por eso hay que validar sus emociones, aunque a veces os parezca una tontería que se ponga triste porque su novio o novia de hace tres meses los ha dejado, hay que estar con ellos y hacedles ver que entendéis como se sienten.
La adolescencia es una etapa de exploración, descubrimiento y de equivocarse. Vuestros hijos están aprendiendo y aprenden por ensayo y error muchas veces, se van a equivocar muchísimo (y no lo van a reconocer casi nunca). Vosotros como padres y madres tenéis que corregir, pero con respeto, siempre con respeto. Evitad frases despectivas y de desprecio. Todos nos equivocamos y cuando lo hacemos nos gustan que nos lo digan, pero empatizando y los adolescentes no van a ser menos.
Cuando lleguéis a casa sería recomendable que lo primero que hagáis sea dirigiros a ellos, que vuestra atención se centre en ellos, para que perciban y sientan que son lo más importante.
Por último, recordar que como padres y madres tenéis muchas responsabilidades con vuestros hijos e hijas y que muchas de ellas no son agradables, pero no debéis olvidar de pasar tiempo de ocio con ellos, donde no haya ninguna responsabilidad, únicamente ocio y disfrute.