Hay momentos en la vida que son desgraciadamente inevitables, que se pueden retrasar pero que al final terminan siempre llegando. La muerte es una de ellas. Antes o después vuestros hijos se tendrán que enfrentar con la difícil situación de que algún familiar o persona cercana fallezca y vosotros tendréis también el difícil reto de comunicárselo.
Saber cómo, cuándo, quién y dónde decirlo puede ayudar a que vuestros hijo o hija pueda asumir con mayor facilidad este difícil momento.
¿Cómo decirle a vuestro hijo o hija que alguien cercano ha muerto?
Es fundamental quién es el encargado de dar esta noticia, y sois vosotros “los padres” los responsables o, en caso de que no podáis ser vosotros, alguien de confianza con quien tenga un vínculo creado. Esto permitirá que vuestro hijo pueda sentir el apoyo emocional que necesita en ese momento y la confianza suficiente para preguntar todo lo que necesite. El tono de voz y el contacto físico (quien lo necesite) serán también de gran ayuda para minimizar la noticia.
La noticia se tiene que dar cuanto antes mejor, pues en función de la edad podrá participar en la medida de lo posible en los rituales de la despedida.
Existe el miedo de que los pequeños se puedan traumatizar si van al velatorio o al funeral, pero a partir de los seis años es bueno que participen en la medida que ellos quieran en estos rituales, pues les permiten despedirse y poder compartir la pena con el resto de personas. En el caso que vuestro hijo o hija quisiera asistir a algunos de los rituales, tendrían que estar acompañado en todo momento y explicándole previamente las cosas que van a ver. Los niños que tengan entre tres y seis años hay que ser más cuidados, pero igualmente se les puede preguntar si quieren asistir. Antes de los tres no se recomiendan porque no van a entender nada y se pueden asustar.
Para los más pequeños, el hecho de poder asistir a los rituales les permite a su manera confirmar la muerte, es decir, no le permite fantasear sobre lo que le han contado.
El lugar donde vamos a darles esta triste noticia es también importante, a poder ser que sea un lugar conocido, que les de seguridad, que ellos controlen, que puedan una vez recibida la noticia reconocer el entorno como familiar y seguro, que nada les puede pasar ahí.
A la hora de decírselo tenéis que ser claros, concisos, usando palabras que ellos puedan entender, sin necesidad de muchas explicaciones, si ellos os preguntan responded siempre con sinceridad y usando un lenguaje acorde a su edad. Mientras más pequeños más concreto tenéis que ser, evitad usar palabras abstractas porque se van a perder y pueden llegar a malinterpretar lo que les decís. Con los más pequeños incluso podéis llegar a usar muñecos para que lo puedan entender mejor.
Hay que evitar las típicas expresiones que se suelen usar “ahora está mejor”, “por fin descansa” …porque los más pequeños pueden interpretarlo de una manera errónea y fantasear sobre ello. El uso de estas expresiones, como por ejemplo “ahora está durmiendo” puede incluso hacer que tengan miedo a la noche y a la hora de dormir. Hay que ser sinceros y claros.
Hay que empatizar con ellos, poner nombre a las emociones que intuís que deben de sentir, preguntad cómo se sienten, expresad como os sentís vosotros, normalizad las emociones que puedan aparecer.
Habrá niños que pregunten y otros que no. A los primeros, dadles las respuestas que necesitan, validad la curiosidad. A los segundos, podéis vosotros invitarles a que hagan preguntas, siempre respetando sus deseos. Algunos no querrán preguntar nada y los habrá los que no estén preparados todavía.